Ayer estaba desesperada porque no se me ocurría sobre qué escribir este día. Intentaba ver periódicos, me quedé parada 10 minutos esperando que las señoritas Publímetro que están en el puente de la Universidad de Lima me dieran un ejemplar. No encontré nada. Las cosas en Lima vienen más o menos siendo las mismas con uno que otro contraste y algunas situaciones que surgen a partir de ciertas noticias. Mejor dicho, no. Las cosas en Lima no vienen siendo las mismas, jamás serán las mismas, variarán según lo que ocurra, lo que se diga, lo que sea bizarro, divertido y joco-serio, que le dicen. Así somos.
Desde hace unos días, semanas, pocos meses y algunos años, los temas son más o menos los mismos: racismo, intolerancia, ética, el bien, el mal, la mala política y la indolencia. Lo que cambia es lo que pasa, lo que hace que volvamos siempre a lo mismo, a quejarnos y a renegar de lo que sucede. Las modas. Una más ridícula que la otra. Lo que se está diciendo, lo que TÚ debes decir y pensar.
Está de toda moda…
1. Despotricar contra los cambios del Facebook.
Gente que raja y habla mal del Facebook y sus transformaciones hay mucha (de verdad, muchísima). Gente que cumple eso de "me voy del Facebook, ya me cansó" casi nadie, creo. Me recuerda a eso de "aj, si sale Humala me voy del país". No es el mismo caso en proporción pero la idea es esa.
2. Publicaciones en redes sociales = información verídica científicamente comprobada.
Que Tilsa dijo esto, que la esposa de Vargas le contestó, que Tilsa puso una frase en su estado, que la esposa de Vargas le contestó, que Tilsa publicó una foto sospechosa, que la esposa de Vargas le contestó. Nada más ambiguo que lo que encontramos en Internet. Uno puede publicar cualquier cosa, así sea reprochable. Se puede jugar al límite de la verdad y la mentira mediante publicaciones pero de eso a confirmar un romance, es muy arriesgado.
3. Odiar a Susana Villarán, pedir su revocatoria y ver Lima como el comienzo del Apocalipsis.
Qué decir de aquellos que con actitud desafiante, por no decir "matona" exigen la quema de nuestra alcaldesa en una hoguera en la Plaza de Armas (¿cuenta como una obra?) sin darse cuenta que todo este remolino y embestida hacia Villarán es una pugna de intereses. "No hace nada, no hay obras". Parece que lo que nos gusta es lo improvisado, las escaleras, la placa. Que no se auto titulen abanderados de la política, ciudadanía ni bienestar si son usados como señuelo.
4.Ningunear y recordarles a Ivan Thays y a Gloria Klein todas sus generaciones.
Estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que piensan, dicen y hacen Thays y Klein está bien.Explicar el por qué tu posición está bien. Renegar o aplaudir, también está bien. Plantear como causa del "no me gusta la comida peruana" el hecho de que "Thays es un escritor fracasado, ni siquiera sabía quién era" es preocupante. Asumir que Gloria Klein dijo lo que dijo por puro "afán de figurar" es ridículo. Ella ya piensa así.
Porque nuestras modas y nuestra moral son tan ridículas y graciosas como esta canción...