El Papa es argentino y la nueva
reina de Holanda también. Máxima Zorreguieta es la Leticia Ortiz de este lado
del mundo. A las 7:25 am (hora peruana) ella, junto a su esposo Guillermo,
asumieron el reinado de Holanda y la Niuew Kerk (Iglesia Nueva) se adornó de
sonrisas y felicitaciones de parte de muchísimos representantes reales del
mundo. Tiaras, sombreros, ternos y burkas. No todos los días la reina abdica y
deja a su hijo, junto a su esposa tan rubia
como latina, como soberanos de los Países Bajos. Un día magnifico que terminó con la familia real de paseo en bote. Pero para alivio o infortunio de Guillermo, los ojos estuvieron puestos durante todo momento en Máxima. No es para menos. Se trata de la reina más joven que haya tenido Holanda. Se trata de una latina. Se trata de una hermosa mujer que tal vez, ni en sus más femeninos sueños, pensó ser monarca. Quien esté leyendo esto, sea quien sea, probablemente esté pensando que hay cosas mucho más importantes y menos superficiales. La verdad que sí. Pero yo lo invito a mirar en retrospectiva y un poco de su ombligo y pensar en alguna pasión que usted tenga. La que sea, la más absurda. No hay una explicación concreta a su importancia. Sólo hay que detallarla tal cual es.
No sé muy bien cuando empezó pero sospecho que fue cuando vi, a mis 12 años, la boda de Leticia Ortiz y el príncipe Felipe de España. En ese entonces no entendía bien pero suponía que algo magnifico debía estar pasando para que se televise una boda en todos los canales nacionales estando a kilómetros de kilómetros de España. Eso también sigue siendo un misterio.
Cuando uno empieza a encontrarle
el gusto a algo, le encuentra el interés a todo lo que tenga relación. Así,
comencé a reconocer los nombres de la realeza, los cargos, los protocolos, la
historia, etc. Puedo hablar un poco sobre Grace Kelly y la relación con su
hija. Puedo hablar sobre eso aunque no sepa tanto. Es un tema que me interesa.
Muchos no están de acuerdo, creen que las monarquías deben ser abolidas,
eliminadas de la faz de la tierra porque las consideran un excesivo e
innecesario gasto para los países, algunos de los cuales, como España, pasan
por una intensa crisis económica que tiene a miles de personas sin trabajo. Creo
que no tengo un argumento firme con respecto a eso. Respeto esas opiniones pero no me
hacen cambiar de opinión. Para mí, la realeza es parte de la historia, es como
un museo verídico y evolutivo que tenemos la oportunidad de presenciar desde
todas partes del mundo. La monarquía forma parte de la idiosincrasia de un
país, de una sociedad.
En Inglaterra, cada vez que la
princesa Diana, muerta hace más de 15 años, aparece en alguna revista
sensacionalista inglesa, se venden miles de miles de ejemplares. Pueden amarlos
u odiarlos pero no puede haber duda que siempre serán referentes. Yo siento a
toda la realeza como personas no reales (aunque suene contradictorio), las
considero fuera de este mundo y por eso me extasía tanto. Mi favorita es la
realeza británica, la más mediática. Guillermo y Kate me producen una admiración
y envidia sana bárbara. Cualquiera que siga su historia se dará cuenta que no son una pareja real convencional. Ellos
revitalizan a la familia real británica y dan junto a Isabel II, una mujer
extraordinaria que asumió el reinado sin quererlo y que se ha convertido en una
monarca impecable, una imagen fresca a la monarquía. Por Kate supe que mi
primera hija se llamaría Catalina y también entendí que, no importa qué, cómo o
lo que tengas que hacer, el amor siempre estará por encima. Que ellos son
humanos (tal vez el ejemplo más claro sea el príncipe Harry), que los monarcas,
príncipes, princesas, infantas, duques y duquesas tienen historia en sus
espaldas, son lo que en próximos años será pasado, son como vemos a la Reina
Victoria, a la Princesa Diana y al rey tartamudo.
''El escenario de mi cuento es
esta tierra, en la que actualmente vivimos. Pero el período histórico es
imaginario''
John
Ronald Reuel Tolkien
No hay comentarios:
Publicar un comentario
''Detrás está la gente''