Entonces, como no
había escapatoria, Laura tuvo que ir a la misa que iba haber en su colegio por
la fiesta patronal de su salón (larga historia: en su colegio cada salón tenía
un santo o santa el cual en alguna fecha determinada, celebraba su fiesta patronal;
se hacía una misa y una reunión para festejar). Curiosamente y tal vez,
sarcásticamente, la celebración de la "Virgen del
Pilar" se
celebraría el 31 de Octubre y Laura tenía que estar ahí, no había otra opción.
Ese día, también, Laura iba a
encontrarse con Oscar, el chico con el que menos de una semana atrás cuando
Calamaro cantaba "Te quiero igual" se había dado el beso más lindo
que ella hubiese podido imaginar.
Pero ni siquiera pararse en medio de
su salón a decirle a un profesor que no podía asistir a la misa porque tenía un
compromiso sirvió para escaparse. Por lo tanto, llamó a su mejor amigo Fabricio
para que la recogiera en su casa, fueran volando al colegio y con las mismas,
regresar e ir al Jockey, el lugar donde había pactado verse con Oscar (como
siempre)
Cuando llegó al colegio, estaba oscuro
y sólo había velas. Cada salmo, cada parada, cada sentada, cada ofrenda, cada
evangelio le parecía una eternidad a Laura y cuando al fin el calvario terminó,
miró a July y a Isabel, sus mejores amigas, se despidió de ella y ambas le
desearon suerte. Sabían que Laura esperaba algo, quería algo, todo se definía
esa noche.
Así, Laura salió cual pulga del
colegio y corrió, literalmente, hasta su casa. Cuando llegó, entró a su cuarto
se cambió el uniforme y empezó a mirarse en el espejo. Vio una crema que hacía
mucho tiempo no usaba y se la puso en el pelo. Hasta ahora esa crema dura,
hasta ahora cuando Laura se la pone recuerda ese día.
Se iban a encontrar en el Jockey y su
mamá le pidió llevarla. Laura aceptó. Habían quedado en verse a las 8 pm.
Entonces, ella y su mamá salieron de su casa hacia la esquina de la calle para
tomar un taxi. El ambiente es ese que todos sienten alguna vez: es una noche
donde a pesar de no haber demasiado alboroto, sabes que algo pasa, es
Halloween.
Mientras esperan el taxi, un mensaje
llega al celular de Laura: Oscar le estaba diciendo que se iba a demorar en
llegar al menos una hora. Catástrofe. Si ella le decía a Marina, su mamá, que
Oscar se iba a demorar, no la iba a dejar ir. Resignada, se subió al taxi y se
preparó para esperar en medio de la zona de los cines, el lugar del encuentro.
Llega al Jockey, se despide de su mamá
sin siquiera pactar una hora de regreso y empieza a caminar hacia los cines. Desde el Ace Home Center (que ya no existe) vio a muchos niños
disfrazados y sintió sus nervios, sin disfraz alguno. Se sentó en una de las
bancas y empezó a escuchar música. Al rato fue al baño a arreglarse. Salió,
volvió a sentarse y lo vio llegar.
Oscar y Laura empezaron a hablar de
una manera incomoda, sabían que el domingo se habían besado y sin embargo ninguno parecía querer empezar; eso, para Laura, era demasiado. Teniendo en cuenta que en toda la
semana el beso no había sido siquiera mencionado.
Entonces hablaron, hablaron, hablaron
y hablaron. Pero el Jockey cierra temprano y no parecía haber pasado demasiado
tiempo, al menos Laura sentía que faltaba más.
-¿Quieres ir a mi casa? –pregunta ella
Y Oscar aceptó. La mamá de Laura los
recogió y en el taxi Laura empezó a sentirse nerviosa.
Llegaron. Entraron a la sala, se
sentaron. Hablaron un poco más de cualquier cosa. Laura quería que hablaran de
ese beso. Pero Oscar parecía no estar enterado. Cuando se quedaron en silencio,
a ella se le ocurrió una idea rápida para cortar la tensión:
-¿Pelea de almohadas? –sugiere
Y empezó a disparar almohadas sin que
Oscar haya siquiera contestado.
Así empezaron a jugar. Cuando se detuvieron
ocurrió otro silencio. Pero este se corto casi de inmediato. No hubo una
transición dramática para empezar a hablar del tema, simplemente empezó.
-¿Crees que debemos hablar de algo, no? –Pregunta Oscar (por fin)
-Sí…
-Mira, yo no quiero que pienses que…
Ya está. Laura se imagino en microsegundos lo que vendría: Laura, yo no quiero que pienses que el beso fue en
serio. O sea, fue cosa del momento, nada más. Pero no fue así y Laura se
iluminó.
-No quiero que pienses que fue solo cosa del momento, yo de verdad
quería hacerlo. –terminó Oscar.
-Qué bueno, yo tampoco quería que pienses que yo hago esto con cualquier chico
y menos cuando… no… estoy…. con él.
Y no dijeron más por unos segundos.
Después de eso, Oscar le dio, casi de inmediato, la mejor invitación con la voz
más tierna: ven, le dijo. Ella se acercó y el la abrazó como protegiéndola, se
volvieron a besar. Pero Laura ya había dado un paso. Era obvia la indirecta.
Laura quería ser enamorada de Oscar y trató de deslizar esa intención.
Evidentemente, Oscar se dio cuenta y empezó a analizar situaciones y probables daños colaterales importantes:
-Nosotros vivimos lejos y sería difícil, nos veríamos muy poco.
-Si cada vez que nos vemos va a ser así de lindo, entonces no importa –le
respondió Laura.
-¿Quieres estar conmigo?
-¿En serio me dices?
-Sí
-Sí
Era ya 1ro de Noviembre y volvieron a
besarse, esta vez, como enamorados. Laura estaba extasiada, plena. Lo miraba y
era feliz. Oscar empieza a hablar y sugiere poner una canción entre todas las
que estaban en su mp3 ya conectado al equipo de música de la sala, una canción
que Laura nunca en su vida había escuchado y que en el momento en que empezó a
sonar, sabía que era ese momento, esas letras y esa música, lo que quería que
quedara en su memoria por mucho, muchísimo tiempo más. Sobre todo porque Oscar
alteró la letra para ella.
Después de ese 1ro vinieron 3 más:
uno, en el 2009 celebrando el primer año transcurrido desde ese día, donde
Laura terminó borracha y feliz luego de haber bailado "Twist and shout"
mirando a los ojos a Oscar y sabiendo que no podría estar más enamorada.
Otro más en el 2010 que empezó con una
pelea por MSN (ay, las cosas de Laura, porque seguramente fue su culpa) pero
que terminó con un regalo hermoso: una grabación de Oscar hablándole en forma
de carta, con palabras hermosísimas.
Y uno último, en 2011, celebrado en un
bar alucinante del centro de Lima, junto a los mejores amigos de Oscar. Ese fue
lindo, fue perfecto. 3 años más viejos y más enamorados, ¿no? Celebraron
tomando una cerveza en el piso de la pista de baile porque no había sitio.
Hoy, 1ro, sólo hay letras. Es de
madrugada y Laura sólo quiere dormir. Oscar, en otro lado, seguramente. Los
últimos 1ros fueron hermosos y especiales. Esos ya no están. Ni siquiera Laura
y Oscar son los mismos.
El primer primero de Laura es hoy. No
el más perfecto pero sí el más difícil. Los que vengan, tal vez serán menos duros,
serán una sonrisa y no tantas lágrimas. O al revés. Días nuevos, los de antes
ya no andan, ya no van, ya no están. Laura se siente frágil cuando piensa en
Oscar y él, no se sabe, Laura no sabe lo que él siente.
Laura sabe que Oscar sabe quién es. Y
ella, ella es ella. Sabe que está metida en un lío y que por ahora no sabe cómo
salir. No hay peores experiencias de las cuales haya salido. Esta es la suya.
Esta es la que tiene. Es primero y Laura quiere igual.
''Agárrate fuerte a mí, ...
Agárrate fuerte a mí
que tengo miedo
y no tengo donde ir''
Agárrate fuerte a mí
que tengo miedo
y no tengo donde ir''
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