"Es
una verdad generalmente reconocida que todos deseamos escapar. Yo escapo
siempre a mi libro favorito: Orgullo y Prejuicio. Ya lo he leído tantas veces
que las palabras se repiten solas en mi mente y es como una ventana abierta. Es
como si de verdad estuviera ahí. Es un lugar que conozco de forma tan… íntima.
Puedo ver ese mundo. Puedo… tocarlo. Puedo ver a Darcy"
Siempre pienso que
este texto podría ser mío, que siento y creo exactamente lo mismo pero, tal
vez, con otras palabras. Este post es sólo para entendidos o para aquellos
que quieran entender, comprender y aprender. Este post es sobre Jane Austen,
sus libros y yo que, a decir verdad, somos uno. ¿Qué pudo hacerme entrar en tan
profundo debate existencial? ¿No bastaba solamente con lo perdida que me
veo entre las hojas y entre los hechos cuando leo sus libros? Creo que no. La
primera vez que leí Orgullo y Prejuicio odie a Darcy, me encantó Bingley,
envidie a Jane y creí que Elizabeth era de lo más cursi. Ahora entiendo que a
Darcy no hay que odiarlo simplemente porque el prejuicio puede más o que
Bingley estuvo a punto de perder al amor de su vida por escuchar más verdades a
medias, que Elizabeth, cursi para mi y en mi tiempo, era la trasgresora del
suyo.
He leído tres libros
de Austen: Orgullo y Prejuicio, La abadía de Northanger y Sentido y
sensibilidad. Me faltan tres más. Espero que el poco tiempo que tengo me de
tregua y me permita salvarme con las historias que han quedado en suspenso.
Sigo. Cada vez que leí esos libros, me imagine a cada uno de los personajes
(como todos cuando leen un libro). Los hice mis amigos y compañeros, aunque a
Lady Catherine de Bourgh le tengo bastante mala onda. Me imaginé que había
versiones en cine y en teatro. Claro que las hay. La imagen de Colin Firth
saliendo del lago de Pemberley me da vueltas en la cabeza siempre que pienso
que hubo alguien que interpreto excelentemente a Mr. Darcy. Jennifer Ehle
usando vestidos horribles que difícilmente me imagine usar a Elizabeth Bennet
es algo que aun intento comprender. Mis deseos de parecerme a Elinor Dashwood
(sentido) y la resignación de saber que estoy más cerca a ser su hermana
Marianne (sensibilidad). Tantas cosas. Ni siquiera sé de qué estaba hablando.
Bueno, me imagine todas las versiones de los libros en cine, en televisión,
pinturas, dibujos, etc.
Orgulloso y Prejuicio
de 1995 con Colin Firth y Jennifer Ehle fue la primera experiencia a algo más
cercano a la "realidad" del libro que tuve. Me enamoré de los
ambientes, de los paisajes, de la forma de hablar, del sol que daba en la sala
de la casa de los Bennet y del "sol" mucho más sofisticado que se
colaba en el salón del piano forte de Georgiana Darcy. La siguiente fue Orgullo
y Prejuicio de 2004 con Matthew Macfadyen y Keira Knightley. Me capturó y hasta
hoy es mi favorita. Vi la serie para televisión de La Abadía de Northanger y
sí, odie a Isabella y a John, Catherine Morland es la heroína que Jane Austen
plantea y el coronel Tilney, era quien debía quedarse con ella… a seguir
hablando de libros de terror o para disimular el amor que ambos sentían. Vi una
película bonita: The Jane Austen Book Club. Quise formar mi propio grupo. Algún
día lo lograre. Si a alguien le gusta, por favor no dude en avisarme.
Después de tanto
interludio debo decir que hace poco descubrí "oro Austeniano".
Encontré "Lost in Austen", una serie inglesa de sólo 4 capítulos que
parecen ser el sueño de toda devota de la lindísima Jane. Solo la historia es
cautivante. Amanda Price, una chica de unos 28 años y con una vida poco menos
que miserable, descubre a la mismísima Elizabeth Bennet en el baño de su
departamento. Claro, es una historia ficticia y fantasiosa. Hay demasiadas
críticas contra esta serie. Pero yo creo que critican los que no se apasionan.
Amanda es una enamorada de las novelas de Austen y se refugia en su favorita:
Orgullo y Prejuicio. La historia es increíble. Ante la huida de Elizabeth
Bennet de Hertfordshire, Amanda la reemplaza maravillada. Sin embargo, con el
paso del tiempo se da cuenta que esta arriesgando una de las más grandes
historias de amor de todos los tiempos: al no encontrarse Elizabeth Bennet,
¿cómo sería posible que conozca a Darcy? Todo se complica aun más cuando
Bingley se termina enamorando de ella y no de Jane Bennet.
Es absolutamente
increíble. Amanda se vuelve una más en la casa de los Bennet, se enamora de
Darcy, aconseja a Jane, encara al señor Bennet, corre, grita, se desespera y juega ficha por
ficha para lograr la continuidad de la historia. Pero lo más importante para mí
es la forma en que enfrenta a cada uno de los personajes. Les reclama por la hipocresía,
por los códigos tan ambiguos y la doble moral tan presente en una sociedad como
la de esa época. Qué suerte tuvo Amanda Price. Muchas veces me imaginé dentro
de un libro de Jane Austen. Cada heroína suya es una parte que me gustaría ser.
Todas somos y tenemos o, mejor dicho, podemos ser y tener la astucia de Elizabeth,
la ingenuidad de Jane, la rebeldía de Lidia, la actitud sumisa de Kitty y ser
tan aguafiestas como Mary. Nos encantaría encontrar a un hombre tan interesante
como Darcy, dulce como Bingley o un "bad
boy" como Wickham. No puedo vivir sin leer a Jane Austen. No me
permitiría dejar de entrar y tratar de entender la realidad de personas como
uno pero en una época con modos de vivir aberrantes y descuadrados. No me permitirá
dejar de imaginar el sonido del piano forte en cada escena, de imaginar las
lluvias por las que se suspenden los paseos a Bath, los bailes públicos y los
privados, las papas asadas de la casa de los Bennet, las misas por el señor
Collins, la complicidad de Charlotte Lucas. No puedo dejar de continuar yo
misma las historias de Jane Austen, de releerlas y saber que tengo una maquina
de tiempos hecha de papel, que tengo un rincón donde cada tanto puedo oler
lilas y dejarme ser en la tranquilidad que me solo Rosings puede ofrecer. Es una verdad generalmente conocida que sin Jane,
no hay como volar.
Trailer de Lost in Austen: mi nueva adicción.
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