Soy fan
de Combate. Eso me hace inmediatamente fan de la tolerancia. Explico por qué: a
raíz de toda la polémica que la ‘’Marcha contra la televisión basura’’ ha
generado, me empiezo a preguntar por qué cierto número de personas… cientos,
miles, o los que sea, debería decidir qué contenido es bueno y qué contenido es
malo en televisión. EN TELEVISIÓN. O sea, pocos medios tan democráticos como la
televisión de ahora, que tiene para algunos más de 100 canales a elegir. Y por
el otro lado también ¿qué es eso de quitarle el derecho a una persona que no
puede costear el cable a dejar de ver lo que quiere ver en señal abierta?
Pero
creo que el tema, al menos el mío, va por el lado de las razones por las que
cierta gente considera programas como Combate, Esto es Guerra, Bienvenida la
Tarde, Magaly o Amor amor amor nocivos para los cerebros de nosotros los peruanos. Muchos dicen que ‘’exhibir’’ las
‘’miserias’’ de sus vidas privadas, hace a los famosos peruanos amenazantes
para la televisión y la gente. Prensa rosa. En sociedades del primer mundo como España o
Inglaterra, la prensa rosa es tan o más agresiva que en el Perú y no por ello
se asesinan chicas que confiesan cosas en televisión -como le pasó a Ruth Thalía- o se golpea a una vedette
hasta casi matarla -hablo del caso de Lady Guillén-, etc., etc. Con excepciones, por supuesto, como todo.
Otra
razón, que es la que más me indigna, es el hecho de señalar la ropa de las
chicas concursantes de realities de competencia como un atentado al buen gusto,
a las mentes virginales de los niños y jóvenes peruanos. Me parece bastante
conocida esa razón, es más, la asocio a eso de: ‘’si no quiere que la piropeen,
que no se vista provocativamente’’, ¿algo así? ¿No? No es nocivo para nadie. Y
hasta creo que toda esa histeria se remonta a una de las problemáticas más
grandes de este país: la no-igualdad de género, el feminicidio, el machismo, etc. Taparle
los ojos a un niño para que no vea a una mujer vistiendo un short corto o una
falda corta solo alimenta el morbo y crea basura en el cerebro. Escandalizarse
porque sale una mujer en bikini en la tele hace de ese niño el próximo acosador
callejero.
‘’Sí,
hijo, sí, hermano, sí, amigo, eso que ves ahí es el cuerpo de una mujer, que
puede vestir lo que quiera y no por eso es una puta, no por eso se le falta el
respeto, no por eso ataca a la cultura, no por eso es indecente’’. Y ya.
Una
persona no se define por qué ve o no ve en televisión. Los programas no tienen
la obligación de darte cultura –lo que sea que sea que abarque ese término- No
eres un programa de televisión. La educación no pasa por qué reality prefieres,
con cuál te ríes o cual dejas de ver, menos por jugar a la falsa decencia. La educación es tu familia, tu casa, y
eso, si no funciona bien, no se arregla con ninguna marcha.
La
sociedad peruana está muy preocupada y pendiente de los romances en los realities
y los enfrentamientos de dos colombianas, pero a esa misma sociedad no parece
importarle que los noticieros pasen imágenes de gente atropellada y ensangrentada o niñas
violadas sin mosaico; mucho menos las asquerosidades del congreso, la
corrupción, la indolencia, la ineficiencia, los delincuentes de saco, corbata y curul. Esa, amigos, es la verdadera miseria, la auténtica basura.
''Cada loco con su tema,
que contra gustos no hay ni puede
que contra gustos no hay ni puede
haber disputas''