1 de marzo de 2012

Un regalo más para mi hermano

Hoy no hay nada periodístico en este post. Y no me afecta. No me preocupa. Hoy es un día especial para mí. Corrijo. No solo especial. Es un día feliz, un espacio pleno y fresco entre todas las cosas que me puedan estar pasando. Cualquier cosa. Hoy mi hermano cumple 18 años. El único ángel que puedo decir que he visto y he sentido es por fin mayor de edad. Yo tengo 19 años, eso quiere decir que desde que tengo un año, tengo a mi lado a la mejor persona de este planeta. Si es que existe un Dios, se portó bien conmigo y no me hizo esperar demasiado para conocer al hombre de mi vida.

Juan Carlos es callado, pocas veces dice lo que piensa. Juan Carlos es algo irresponsable. Juan Carlos se levanta muy temprano y da vueltas por la casa. Juan Carlos prefiere no ponerse de ningún bando. Juan Carlos no toma ni fuma. Juan Carlos nunca pide nada. Juan Carlos apenas se acuerda qué es su cumpleaños.

Mi hermano es, también, un ser fascinante y pocas veces comprensible. Sin embargo, es la persona que más conozco y a la que más intento comprender. Si Juan Carlos es callado es porque no ha encontrado aún una conversación a su medida. Y no debe entenderse esto como una señal de soberbia. Lo que sucede es que a mi hermano no le gustan las hipocresías ni las pretensiones, le gusta lo auténtico. Sé que siente cuando algo es verdadero y cuando no. Si Juan Carlos es irresponsable es porque eso es lo que nos ha hecho creer. Pero, en realidad, pocos sabemos que desde que empezó a estudiar en la universidad, se ha desvelado y ha tenido notas que no esperábamos. Juan Carlos se levanta temprano, muy temprano. A las 6 de la mañana está tan lúcido como si fueran las 12. "Hay que ganarle al día", dice. Tal como nos ha enseñado nuestro papá. Juan Carlos jamás estará de un bando u otro porque prefiere la suspensión del juicio, que le dicen. La serenidad del espíritu. Juan Carlos no toma y no fuma, y no lo digo como algo resaltante y políticamente correcto, sino como un tema de constancia. Juan Carlos jamás pide ni exige cosas, no molesta, no se engríe y es tan capaz de entregar lo que tiene a quien lo necesite, como yo a pedir y pedir más. Hace unos días, Juan Carlos ni se acordaba de su cumpleaños. Pero yo se lo recuerdo.

Mira, Juanca: No es que atravesarás una metamorfosis física ni profundamente mental por cumplir 18 años. Tampoco pienses que es tan fácil decir: me voy de la casa. No es que te volverás independiente al soplar unas velas. Para mí, es un poco más sentimental y cursi que eso. Es que eres un hombre, por fin. Digo, legalmente hablando. Porque un hombre de verdad has sido desde siempre. Una buena persona has sido desde que miras con desaprobación las tonterías y cosas malas que hago. A veces creo que tú eres el hermano mayor, aquel que me enseña más de lo que cree. Aquel ser silencioso y taciturno del que todos deberíamos aprender. Tienes el temple y la seguridad que muchos tratamos de demostrar de otra manera, de una manera no tan natural como la tuya. No tan sincera y auténtica. Hoy, como desde que naciste (aunque yo tenía 1 año), me siento orgullosa de tener un hermano y amigo como tú. 

A veces me parece injusto que no todos te conozcan como nuestros papás y yo te conocemos. Sé que tenemos mucha suerte. No sé si pueda o sepa recomendarte algo ahora que eres mayor de edad. Recuerda que yo recién me estreno, ¡solo tengo 19!. Pero si algo me atrevo a decirte es que tienes todo el tiempo del mundo para equivocarte y aprender, jamás te presiones. Te digo, también, que haría cualquier cosa por ti y que, sin duda, le arrancaría los ojos a cualquier persona que intente hacerte daño, te defendería de todos y de todo. Quiero que sepas que eres la persona a la que más amo en el mundo y sin la cual no podría vivir un solo segundo. Espero que podamos hacerte feliz este día y todos tus días, no solo porque te lo mereces sino porque es gracias a ti que intentamos ser mejores, porque eres lo que nos detiene a pensar y a creer en la felicidad y no en las peles y discusiones, porque eres nuestro cable a tierra.

La primera vez que me dijiste: esa canción me gusta...


Fito Páez: Eso que llevas ahí

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