Este post es un post que es un post de varias fotos dentro de un post. Las personas que aparecen son dos de mis razones. Si, mías y de nadie más. Son dos personalidades diferentes pero complementarias. Dos seres extraordinarios que pelean básicamente TODO el día pero que no resisten el uno sin el otro.
Ella es una mujer coqueta, un persona con la jovialidad de una chica de 15.
El es únicamente él. Loco y renegón. La aceleración hecha persona.
Porque no podía faltar la canción...
''El amor, es parar el tiempo en un reloj, es buscar un lugar donde escuchar tu voz, el amor es crear un mundo entre los dos, es perdonarme tu y comprenderte yo''
Vale escribir de lo
que no sabemos. Vale opinar de lo que no sabemos. Entonces, opinaré. Es
increíble que estoy a punto de romper una de mis promesas internas: jamás
hablar de futbol en mi blog. Pero como dice Sabina, que por ciertas razones
esta vetado en mi mp4, "las mejores promesas son esas que no hay que
cumplir".
¿Por qué quiero
hablar de futbol? Porque todos hablan de futbol. Y cuando no se sabe que hacer,
lo mejor es seguir a la multitud, es como un acto de supervivencia en casos de
duda extrema. Y dudas me sobran. Quiero hablar de futbol porque, humildemente,
creo que puede ser interesante que una persona totalmente distanciada de todo
fervor enfermizo y amor pasional hacia ese deporte, presente su lado de la
historia, de lo que está pasando. Un lado que carece, por completo, repito: por
completo, de cualquier tipo de influencia por preferencias futbolísticas o
experiencias cercanas al deporte.
Odio el futbol. No me
gusta. Siempre lo digo y lo repito por si acaso. Siempre rajo y digo que hay
92823727 cosas más importantes. Pero es
porque yo no entiendo lo que un apasionado del futbol siente cuando ve un
partido, cuando grita un gol, cuando lamenta
una derrota, cuando el juego y el/ella (porque no hay discriminar género)
son uno por 90 minutos. No lo entiendo. Pero trato de comprender los hechos un
poco más coyunturales. Tal vez no tengo idea sobre qué estrategia sería mejor
para ganar un partido, tal vez me han
explicado unas doscientas veces lo que es una posición adelantada sin haber
podido entender siquiera lo que es una posición en el fútbol y tal vez jamás lo
entienda.
Pero leo los
periódicos, veo televisión y grito en los partidos de Perú. Porque, después de
todo, mi país es mi país. Entonces, las noticias y reportajes parecen una
broma; los resultados de los juegos, más aún. Vemos comerciales que si bien son
propaganda para los auspiciadores, llegan a mandar un mensaje claro y a generar
un lindo momento colectivo en los personas que quieren que Perú vaya a un
mundial y que, a pesar de las derrotas, siguen ahí tercos y esperanzados. Vemos
que un jugador se intoxicó, que otro jugó cuando no debía jugar, que uno más
estaba tomando en la calle y que Tilsa es un objeto destructivo y destructor.
Adicionando que, para mi, el peor crimen que pudo cometer uno de estos
"fantásticos" fue ir al concierto de Arjona.
En fin, percibo que
hay una doble moral en el tema del futbol. Parece ser que aquellos amantes de
la camiseta peruana, son los mismos que después de ver el marcador abajo, piden
que corten cabezas, que se vaya Markarián, que afirman que los fantásticos son unos
traidores a la patria, que el futbol peruano es una porquería, etc. Perdón,
pero un logro solo se puede alcanzar con un trabajo sostenido. En el futbol
como en otros aspectos. Eso no es novedad. Pedir que boten al entrenador porque
se pierden partidos es lanzarse al vacío de nuevo, es inventar un hoyo para
esconderse de la mediocridad. La prensa tiene culpa también. No vale crear
héroes porque usualmente se derrumban. Más aún si son de barro. Lo que los
"héroes" causan son individualidades, todo menos un equipo. Y sin un
equipo no se gana. Son sólo 11 personas corriendo atrás de una pelota y 4 de
ellos que se supone deben hacerlo todo.
Tal vez pasa que nuestro futbol no es
una estructura en sí. Tal vez no es que la selección no quiera ir al mundial o
que no se esfuerce. Tal vez ese es el nivel que tenemos por ahora. ¿Para qué
forzar cuando no se puede más? Creo que el problema no es quien se lesiona o
quién no. Hay que hurgar hasta encontrar la raíz. Si no, los triunfos solo
serán alegrías superficiales y sin continuación, sin oportunidad de viraje
hacia Brasil. No sé.
''Pensando que la vida, como el fútbol, da revancha''
¿Cuánto puede
influenciarnos la figura de un padre? Mejor dicho, ¿cuánto puede influenciarnos
nuestro papá? No importa si nos dicen que "no tenemos" uno o cuán
distante está, lo especial es que todos, sean como sean, nos ayudan a
formarnos, a ser lo que somos. Independientemente de la figura materna, la
siempre inmaculada y engreída por los medios, a los padres siempre nos lo
presentan como una persona o un personaje racional y equilibrado, no tan
emocional como una madre. Pero puede ser al revés. Hay de todo. En mi caso,
creo que si bien a veces mi papá se deja llevar por alguna que otra emoción que
lo ataca, él ha sido en muchos acontecimientos de mi vida, el más racional de
los dos, el más diplomático y "rey salomón".
Un padre es el primer
boceto que tenemos de lo que es un hombre. Sin embargo, no es el único. Hay uno
que otro molde y ensayo más. Siempre hay. En todo caso, las palabras asociadas
que inconscientemente tenemos de lo que es ser un padre, ya sea por nosotros
mismos, por la publicidad o cualquier otra cosa, pueden ser: protección,
seguridad, fortaleza, distancia adecuada, respeto, admiración y, por ahí,
amistad. ¿Quiénes son los hombres de nuestras vidas? Tal vez los que tenemos
cerca, los que encajan en todas esas características que un padre, un ser
protector y compañero puede ser. Por eso no hay uno solo. Yo no tengo uno solo.
Mi padrino. Es
rarísimo decirle padrino. Incluso, decirle tío. Muchas veces me gustaría llamarlo
por su nombre… porque a los amigos se les llama por su nombre ¿no? Él fue mi
primer amigo. No era mi papá, ni mi abuelo, era una persona mucho más
subjetiva. Por el, conozco a todo lo que hoy hace que yo sea Lucia. Por el, sé
quién es Sabina, sé quién es Drexler, sé quién es Charly, sé quién es Calamaro.
Por el me gusta leer. Por el me gusta ir a conciertos. Por el, que vivió la
bohemia y la adrenalina al máximo. A él, el estudiante de economía que no fue.
El que vendió atún puerta por puerta y que fue brutalmente golpeado cuando
intento ser el héroe de Salamanca. Lo que pasa es que él es más héroe de lo que
cree, es mejor de lo que cree. Por ahora, parece que la política lo apasiona. A
mí, y siempre se lo digo, me parece horrorosa. Desde chiquita vivo de cerca lo
inestable y atroz que puede ser entrar y vivir en un mundo así. Por suerte, lo
tienen a él, que le esperan cosas grandiosas y que es el mejor. Tío, sé que
quieres verme crecer fuerte y fortalecida, que sueñas que sea una mujer independiente,
preparada y, sobre todo, periodista. Sé que discrepamos en millones de cosas,
que discutimos muy seguido y que los dos nos hemos portado mal. Pero también
estoy segura que te admiro, que eres una de las pocas personas que conozco que
auténticamente se ríe de sus propios problemas, se los pone al hombro y vive
feliz. Cómo si la vida fuera tan fácil como arrastrar un carrito sanguchero. No
eres mi padre, pero eres uno de los hombres de mi vida, una de las razones de
mi vida. Eres tú y eres único, cholito. Say no more.
Mi abuelo Gabriel. Mi
ángel. El rey "cachivachero" y de los restaurantes de dudosa
reputación. Hace tres años que partió a otro reino, un reino seguramente mejor
que el que tenemos por aquí. Él es el padre de mi padre y el mio también. Es
probable que lo distante de mi relación con él me haga arrepentir ahora que no
está. Pero hay algo que me parece justo decir. Nadie nunca podrá entender ni
reconocer, seguramente, el profundo amor que le tenía y le tengo. Tengo muchos
recuerdos de sus sonrisas y enojos. Tengo impregnados en la memoria muchos de
sus gestos. Siempre que pienso en el, pienso en una tarde con sol, allí en la
casa, lo imagino a él sentado en el sofá debajo de la ventana, escuchando
música, con las piernas recostadas en alguna silla con sus lentes grandes y
poderosos, con su clásica y reconocible gorrita. ¿Nos jugamos un sapito? ¿Tal
vez cartas? O, tal vez, ¿comemos un encurtido? No sé. Son algunas de las cosas que prometo le
diré cuando nos encontremos, cuando estemos juntos alguna otra vez. Toda la
felicidad de sus cumpleaños, de las fiestas, toda esa alegría comprimida en una
persona, en un ángel. Hola, donde quiera que estés, feliz día del padre, tu que
eres más padre que cualquiera, más querubín y ser celestial que los que
aparecen en los cuadros de las iglesias.
Tuto. ¿Qué puedo
decir? ¿Qué puedo decir que no se resuma con solo decir "tuto"? Jodido,
renegón, terco, intolerante, sobreprotector, pesimista (no, él dice que es
realista) y, sobre todo, arequipeño. A el, la vida le valen dos o tres cominos,
él vive nomás. ¡Que se vayan al diablo! ¡Que no "freguen"! Él es Tuto
y solo hay uno, carajo. Lo siento, tenía que decir su palabra favorita. Pero yo
voy a decir algo más. Detrás de toda esa imagen dura y a veces insoportablemente
semejante a la de Herr Hitler, existe todo un tierno y encantador personaje. Aquel
que aún ahora, teniendo casi veinte años, me dice que me cuide de los perros en
la calle. El hombre que me dice: "cuídate, hija, no puedo dormir pensando
como regresas de la universidad", el que llama a ver si estoy, el que cree
que paro "todo el día en la calle". A veces no entiendo por qué tanta
sobreprotección, es que debe ser que no me imagino el amor que me tiene. Tuto,
tu tampoco te imaginas el amor que te tengo. Hay veces, porque es inevitable,
que me imagino sin ti y simplemente no puedo respirar, se me cierra el pecho,
siento que me falta todo. Creo que nunca podrás saber cuanto es que puedo
quererte y adorarte. Pero lo que puedo asegurarte es que seré tu compañera
siempre, que no tolero que alguien te ataque o te critique por cómo eres. Nadie
sabe nada de ti, solo yo. Y sí, siento que es muy egoísta decir eso, pero así
es el amor de loco. Loco como tú. Por todas las conversaciones, los lonches,
los adobos y las peleas que tendremos juntos, ¡feliz día! Al papá más Tuto, al
Tuto más papá.
Ahora sí. Mi sangre
más cercana, mi creador, mi papá. Bueno, mi papá se llama Juan. Un nombre común
para una persona no sólo fuera de lo común, sino rara. Nunca se lo he dicho
pero mi papá es una persona extraña. Es increíble. Dice cosas que no hace y
hace cosas que no dice. Por mi padre también soy lo que soy. La música, en
especial. Ese elemento que a los dos nos vitaliza y nos hace levitar. Muchas
veces chocamos, nos peleamos. En verdad, la mayoría de las veces. Él se olvida
pero yo no. Me resiento, me consiento, me engrío. Soy muy afortunada por tener
a alguien que haría cualquier cosa por mí. Yo también haría cualquier cosa por
él, a pesar de cualquier cosa y todo lo que nos hemos dicho. Mi papá todavía
piensa que salir a cuatro cuadras de mi casa es peligroso, le parece impensable
que tome una combi, que salga de noche. Mi papá cree que debería quedarme
encerrada en mi casa sin exponerme a ningún peligro. Lo que él no sabe es que
el principal peligro que tengo soy yo misma. Ha renegado por verme triste, ha
querido pegarle a todo el mundo, ha querido insultar y reclamar. Los dos somos
mas o menos impulsivos, un poco irracionales podría decirse, es una manera un
poca loca de quererme y defenderme. Pero trato de comprenderlo. Hay que decir,
también, que mi papá tiene un sentido del humor perfecto. Es demasiado
gracioso, ingenioso, perfeccionista, paciente y a veces, cuando le conviene
algo callado. Le encanta verse bien, le apasiona comprar discos y cual
quinceañera en tienda de ropa, puede pasarse horas viendo discos en Phantom, su
paraíso. Él es todo y es más. Papá,
disculpa por todos los abrazos que alguna vez te negué, hay veces que no
entiendo todo lo que puedes significar para mi. Muchas veces no soy la mejor
hija, muchas veces pienso que no merezco tanto cariño y amor. Eres mi amigo, mi
padre, mi incondicional. No me alcanzan ni las ganas de escribirte ni todas las
fuerzas que puedo tener para agradecer todo lo que haces por mi. No lo
demuestro ni lo digo tanto como quisiera pero tienes que saber que te amo y te
admiro. Amo cómo luchas por nuestra familia y amo la forma en que eres tú, una
mezcla de cosas extrañas, bizarras y cosas tan normales, como un padre
sobreprotector. Después de todo sigues siendo tú, mi ángel guardián desde hace
veinte años. Tan tú, tan Juan, tan like a rolling stone.
Hubo un tiempo que escribía tu nombre para
salvarme
para escuchar cómo sonaba junto al mio
para sentir que era castigo,
un nombre que se queda.
Entonces criaba pájaros en mi memoria
y ellos criaban a otros pájaros
y así interminable(mente),
un hermoso circulo vicioso
Y era el silencio y el vacío en los árboles
y eran los besos, los abrazos, las palabras,
eran los viejos tiempos, los buenos tiempos
los absolutos, los nuestros.
Respirar el olvido a como dé lugar,
lo inevitable
lo que no tiene, por ahora, alguna solución
y lo que espero.
Hubo un tiempo,
dos, tres, cuatro, mil quinientos
donde estuvimos hartos, colmados, llenos
de nosotros.
Entonces era y es una vana intención
esta de querer suspender a la vez dos eternidades
porque no queríamos, porque no podíamos
ahora no hay suspensión, ¿hay algo?
Para crear tantas palabras en los espejos vacíos,
solo hace falta mi imaginación y mi terquedad
para recordar que al fin y al cabo están vacíos
solo una palabra tuya.
Y los pájaros siguen volando sobre mi cráneo
desquiciado
no caducan, ni siquiera vuelan un poco más lejos
siguen ahí,
como sigue todo lo que se amay se quiere tener.
Tanta nada
en lo que antes era todo
es que cuando pienso en "antes"
parece otra vida.
Hasta olvidarme
completamente de tu nombre
¿hasta olvidarme completamente de tu nombre?
"si de pronto sale de cualquier lugar,
si no sabe más que hacerme sentir mal"