19 de abril de 2012

Cerradas por derribo

Iglesias cierran en Holanda debido a baja concurrencia

Se estima que para el 2018 queden tan solo mil iglesias en el país.
A la semana prácticamente cierran dos iglesias en Holanda debido a la baja asistencia a Misa. Las estatuas, crucifijos cálices, y pinturas sobrantes se amontonan en las parroquias de todo el país.

Objetos como copas de oro y plata, bancas de madera fina y altares de marfil que se encuentran en desuso; ya que una de las iglesias más grandes de Eindhoven se ha transformado en un cento de salud.

 Desde 1970 al 2008, 205 iglesias católicas fueron demolidas y más de 148 fueron convertidas en bibliotecas públicas, restaurantes y edificios de departamentos.


Después de todo, ¿era un negocio, no? Más allá de las apologías hechas y las obsesiones que puedan tener miles y miles de personas por la religión católica, quisiera decir que ninguna de estas me parece saludable. La adoración y sublevación ante algo tan poco comprobable me sorprende y me confunde. Me estremece la fe, digámoslo así. No tengo mucha fe. Qué pena. Cuántas dudas y pensamientos perseguidos podría ahorrarme si fuera más confiada.

Pero regresando al tema, lo que ha pasado en Holanda me parece alucinante y positivo. Creo que hay mucha hipocresía cuando se habla de las misas. Me parece que apenas un 20% (si no es menos) de los asistentes atiende, reflexiona, se culpa y aplica lo que le indican en la misa. Las palabras solas no hacen cambiar a nadie, menos las estatuas, ni las estampitas ni las velas. Poco ayuda tanto lujo alrededor de un recinto. En Holanda, según parece, las iglesias van cerrando (cual tiendas en bancarrota) debido a la poca asistencia de público. Una diócesis intenta vender los objetos de valor a donde si los necesiten, a donde las misas continúan siendo el espectáculo mainstream de lo políticamente correcto.

Hasta el 2008 y durante 40 años, muchas iglesias fueron simplemente demolidas y otras, convertidas en edificios, restaurantes, bibliotecas publicas. Bibliotecas públicas. ¿Qué pasaría si las que restan se convierten en colegios con educación gratuita para quienes tanto necesitan y poco pueden. Seguramente es mucho más difícil que una simple construcción, no lo sé. Pero la educación, valga la redundancia, educa y realiza a las personas mucho más que el miedo, la amenaza y el poder solapado que, en muchas ocasiones, son mensajes ocultos en las misas y en la religión en general.


Vos comés ratas y gusanos
en un rancho roñoso vivís
pero que lindo el Vaticano
que no hay ningún cantegril.





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