9 de enero de 2014

A sus cincuenta y diez más cuatro

Cuando leí que Sabina había dicho en El País que se retiraría de los escenarios este año, pensé que ya era tiempo, ¿no? El año pasado, no hace mucho, tuvo un problema médico en México. Sería algo desagradable y penoso que vuelva a suceder algo así en un concierto en otro lado, en Lima, por ejemplo, sería terrible. Ahora, retirarse de la parte que significa conciertos y giras, no quiere decir que lo perderemos para siempre. La verdad, yo preferiría quedarme disfrutando de lo que ha escrito y hecho hasta este momento y en este momento que verlo cantando sin sentido, escribiendo para dos horas de recital y sin que esté a gusto. 

Cuando Serrat, que es el equivalente a MI Sabina (es decir, LO MÁXIMO DEL MUNDO MUNDIAL), se retire, no rogaría ni iniciaría una cruzada para que no lo haga. No creo en forzar las cosas (al menos ya no) y ninguno de los dos son personas jóvenes, no para el trajín que hacer conciertos y viajes significa. Me encanta verlos y escucharlos y creo que mentalmente tienen para muchas más genialidades. No ver más a Sabina en concierto no me dolería tanto, ya lo he visto dos veces y si bien, hay y espero que haya gente que recién lo descubre y ya no podrá verlo más en vivo si decide por fin retirarse, me sentiría mucho más aliviada por la suerte que tuve de ver en concierto a uno de los más grandes. En el caso de Serrat, aunque no ha anunciado su retiro, queda decir que si lo hace, ahí sí me sentiría un poco decepcionada, mi sueño siempre ha sido verlo solo y no he podido hacerlo. Por eso, Nano, no et vagis, ¡aguanta!

La cuestión es, se retire o no Sabina, hay cosas que quedarán por siempre y menos mal, no ha sido el olor a trago que ha debido tener por años sino sus letras que trascenderán siempre que haya gente dispuesta a escuchar y leer y sentir escritos impresionantes y desgarradores. Qué suerte, más bien, que haya un cantautor que pueda trascender de esa forma en épocas en donde perdurar significa quince minutos de escándalo. Puede que Sabina se retire de los escenario (o puede que no) pero siempre sepan que el padre que ha de darle la extremaunción no es ni siquiera monaguillo. 





''Para que mis allegados, condenados
a un ingrato futuro,
no sufran lo que he sufrido, he decidido
no dejarles ni un duro,
sólo derechos de amor,
un siete en el corazón y un mar de dudas,
a condición de que no
los malvendan, en el rastro, mis viudas''





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''Detrás está la gente''