25 de junio de 2014

Defender la alegría

Siempre. Por el que sea el motivo que la cause. Defender la alegría es defender la vida que eliges vivir. Y para mí, el sábado 21 de junio, fue uno de esos momentos en que pude decir: soy feliz. Sucedió en San Miguel, sucedió en Lima. Jamás pensé que podía encontrar a un grupo de gente que tanto o más que yo, podía haber descubierto en las letras de Joan Manuel Serrat su propia vida y a hablar a través de ellas también. Pero la verdad era que ese grupo en el cual apenas yo me iba integrando tenía ya años compartiendo cosas de las que yo recién me enteraba, cosas que descubría con la boca abierta.



Debo decir que era yo la más joven de ese grupo y me sentía... me sentía como un conejito acurrucado en su propia piel que salía recién al mundo serrateano en el que no pude encontrar mejores anfitriones. Charlar, brindar y reír con gente que mira a la pantalla a Serrat en los 80's poniendo la carita que pongo yo a veces es algo que sin presionar mucho ya genera una complicidad genuina.



El vino que corría acompañaba a las guitarra que era una invitada más. La voz de aquellos quienes se atrevieron a cantar canciones de Serrat. Fue algo mágico. Compartir un gusto -más que eso: ¡encanto!- es común, comprobar que otras personas totalmente distintas a uno descubrieron cosas tan o más maravillosas de las que yo descubrí oyendo una voz temblorosa y catalana y cosiendo sus letras al alma y al cuerpo. Gracias a Serrat. Gracias ADS por defender la alegría.






''Un servidor, Joan Manuel Serrat,
casado, mayor de edad (...),
con las fuerzas de que dispone,
atentamente expone:

(...)

que el mundo es de peaje y experimental
que todo es desechable y provisional

(...)

que no hay otro tiempo que el que no ha tocao''




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''Detrás está la gente''