11 de junio de 2014

Todo bien

Si tienes una herida abierta y remueves el dedo en la llaga una y otra vez, solo conseguirás hacerla más profunda, sucia y dolorosa. No hay que esforzarse demasiado para saber eso. Si algo amargo tan dentro de ti que no puedes saber ni dónde está hace que tengas pensamientos y sensaciones que no puedes explicar más que destilando ira, es rencor lo que te carcome y devora como termitas eternas. Liberarse de llagas y rencores hará que nos sintamos como plumas. La ligereza y alivio de algo que eliminas para hacer espacio a las cosas bonitas y buenas es algo que se logra con una decisión firme y la certeza de haberte desintoxicado de todo lo que no hace falta más.

Tener veneno en la piel y hasta en la cabeza no sirve de nada, menos para las cosas que ya no importan porque después de todo pudo sacar algo bueno de todas ellas, no inmediatamente pero si una vez que vas viviendo más allá de lo malo. Hablo de que no deseo más drama ni temas pendientes, de que hay temas que terminaron y vuelven a empezar de otra manera, de que no soy una ''nueva'' persona pero si tengo algo menos adentro, todo eso que describí al inicio y que no hace bien a ninguna persona. 

Cerrar los ojos, respirar, viajar o irse -aunque sea mentalmente- a cualquier otro lugar. Contar hasta veinte. Canalizar la ira. Hablar, conversar. Arreglar lo que hay que arreglar, entender y tener paz. Perderse en pensamientos felices es leer un libro de Cohelo. Decir lo que se piensa y llegar a la serenidad es tan armonioso y efectivo como un poema de Benedetti. 






''...pero cuando el pecho aprieta a mas no poder
canta, cantar hace bien''



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''Detrás está la gente''