13 de noviembre de 2014

Irse

Admiro a las almas libres, a las que pueden simplemente irse de cualquier lugar físico o metal sin dejar nada atrás. De esto me di cuenta caminando por el Jirón de la Unión. Entendí que en estos últimos meses, he hecho cosas que no me gustan para gente que no me gusta. Sin poder escapar. Por eso admiro la determinación de quienes han caído en la misma conclusión que yo y se han deshecho de toda esa mala energía sin más. También he pensado que el problema podría ser yo. Y si es así, la idea es la misma... debo desaparecer también... alejarme. 

Para aterrizar lo que acabo de decir, tengo que confesar algo: no me quiero quedar en donde no pueda hallarme, no quiero fingir sonrisas ni guardarme las palabras. La costumbre esa tan limeña de adornar cualquier cosa que queremos decir es hora de eliminarla por completo. Así la vida es más simple. 

Quiero hacer varios viajes y no ir a mi clase de Periodismo Digital. Quiero decirle a varias personas que están equivocadas. Quiero reconocer que estoy equivocada también. Quiero irme cuando quiera irme y responder lo que siento cada vez que quiera y como quiera. Regreso al viaje. Es un pendiente. Por eso pienso que Madrid me arruinó... la mente y la idea esa de quedarme siempre en un mismo lugar. Pienso moverme, migrar como una palomita. Quiero ser una alma libre y simplemente irme. Y es probable que el viaje más importante sea el proceso de conseguirlo. 


''En la vida todo es ir
a lo que el tiempo deshace.
Sabe el hombre dónde nace
y no dónde va a morir.»

El hombre que en la montaña
por la cruz de algún camino
oye la voz del destino,
se aleja de su cabaña.

Y prosiguiendo su hazaña
se dirige al porvenir
una esperanza a seguir.
Mas no ha de volver la cara,
pues la vida es senda rara:
en la vida todo es ir.''


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''Detrás está la gente''