1 de noviembre de 2012

El primer primero


Entonces, como no había escapatoria, Laura tuvo que ir a la misa que iba haber en su colegio por la fiesta patronal de su salón (larga historia: en su colegio cada salón tenía un santo o santa el cual en alguna fecha determinada, celebraba su fiesta patronal; se hacía una misa y una reunión para festejar). Curiosamente y tal vez, sarcásticamente, la celebración de la "Virgen del Pilar" se celebraría el 31 de Octubre y Laura tenía que estar ahí, no había otra opción.

Ese día, también, Laura iba a encontrarse con Oscar, el chico con el que menos de una semana atrás cuando Calamaro cantaba "Te quiero igual" se había dado el beso más lindo que ella hubiese podido imaginar.

Pero ni siquiera pararse en medio de su salón a decirle a un profesor que no podía asistir a la misa porque tenía un compromiso sirvió para escaparse. Por lo tanto, llamó a su mejor amigo Fabricio para que la recogiera en su casa, fueran volando al colegio y con las mismas, regresar e ir al Jockey, el lugar donde había pactado verse con Oscar (como siempre)

Cuando llegó al colegio, estaba oscuro y sólo había velas. Cada salmo, cada parada, cada sentada, cada ofrenda, cada evangelio le parecía una eternidad a Laura y cuando al fin el calvario terminó, miró a July y a Isabel, sus mejores amigas, se despidió de ella y ambas le desearon suerte. Sabían que Laura esperaba algo, quería algo, todo se definía esa noche.

Así, Laura salió cual pulga del colegio y corrió, literalmente, hasta su casa. Cuando llegó, entró a su cuarto se cambió el uniforme y empezó a mirarse en el espejo. Vio una crema que hacía mucho tiempo no usaba y se la puso en el pelo. Hasta ahora esa crema dura, hasta ahora cuando Laura se la pone recuerda ese día.

Se iban a encontrar en el Jockey y su mamá le pidió llevarla. Laura aceptó. Habían quedado en verse a las 8 pm. Entonces, ella y su mamá salieron de su casa hacia la esquina de la calle para tomar un taxi. El ambiente es ese que todos sienten alguna vez: es una noche donde a pesar de no haber demasiado alboroto, sabes que algo pasa, es Halloween.

Mientras esperan el taxi, un mensaje llega al celular de Laura: Oscar le estaba diciendo que se iba a demorar en llegar al menos una hora. Catástrofe. Si ella le decía a Marina, su mamá, que Oscar se iba a demorar, no la iba a dejar ir. Resignada, se subió al taxi y se preparó para esperar en medio de la zona de los cines, el lugar del encuentro.

Llega al Jockey, se despide de su mamá sin siquiera pactar una hora de regreso y empieza a caminar hacia los cines. Desde el Ace Home Center (que ya no existe) vio a muchos niños disfrazados y sintió sus nervios, sin disfraz alguno. Se sentó en una de las bancas y empezó a escuchar música. Al rato fue al baño a arreglarse. Salió, volvió a sentarse y lo vio llegar.

Oscar y Laura empezaron a hablar de una manera incomoda, sabían que el domingo se habían besado y sin embargo ninguno parecía querer empezar; eso, para Laura, era demasiado. Teniendo en cuenta que en toda la semana el beso no había sido siquiera mencionado.

Entonces hablaron, hablaron, hablaron y hablaron. Pero el Jockey cierra temprano y no parecía haber pasado demasiado tiempo, al menos Laura sentía que faltaba más.

-¿Quieres ir a mi casa? –pregunta ella

Y Oscar aceptó. La mamá de Laura los recogió y en el taxi Laura empezó a sentirse nerviosa.

Llegaron. Entraron a la sala, se sentaron. Hablaron un poco más de cualquier cosa. Laura quería que hablaran de ese beso. Pero Oscar parecía no estar enterado. Cuando se quedaron en silencio, a ella se le ocurrió una idea rápida para cortar la tensión:

-¿Pelea de almohadas? –sugiere

Y empezó a disparar almohadas sin que Oscar haya siquiera contestado.

Así empezaron a jugar. Cuando se detuvieron ocurrió otro silencio. Pero este se corto casi de inmediato. No hubo una transición dramática para empezar a hablar del tema, simplemente empezó.

-¿Crees que debemos hablar de algo, no? –Pregunta Oscar (por fin)

-Sí…
-Mira, yo no quiero que pienses que…


Ya está. Laura se imagino en microsegundos lo que vendría: Laura, yo no quiero que pienses que el beso fue en serio. O sea, fue cosa del momento, nada más. Pero no fue así y Laura se iluminó.

-No quiero que pienses que fue solo cosa del momento, yo de verdad quería hacerlo. –terminó Oscar.

-Qué bueno, yo tampoco quería que pienses que yo hago esto con cualquier chico y menos cuando… no… estoy…. con él.


Y no dijeron más por unos segundos. Después de eso, Oscar le dio, casi de inmediato, la mejor invitación con la voz más tierna: ven, le dijo. Ella se acercó y el la abrazó como protegiéndola, se volvieron a besar. Pero Laura ya había dado un paso. Era obvia la indirecta. Laura quería ser enamorada de Oscar y trató de deslizar esa intención. Evidentemente, Oscar se dio cuenta y empezó a analizar situaciones y probables daños colaterales importantes:

-Nosotros vivimos lejos y sería difícil, nos veríamos muy poco.

-Si cada vez que nos vemos va a ser así de lindo, entonces no importa –le respondió Laura.
-¿Quieres estar conmigo?
-¿En serio me dices?
-Sí
-Sí

Era ya 1ro de Noviembre y volvieron a besarse, esta vez, como enamorados. Laura estaba extasiada, plena. Lo miraba y era feliz. Oscar empieza a hablar y sugiere poner una canción entre todas las que estaban en su mp3 ya conectado al equipo de música de la sala, una canción que Laura nunca en su vida había escuchado y que en el momento en que empezó a sonar, sabía que era ese momento, esas letras y esa música, lo que quería que quedara en su memoria por mucho, muchísimo tiempo más. Sobre todo porque Oscar alteró la letra para ella.

Después de ese 1ro vinieron 3 más: uno, en el 2009 celebrando el primer año transcurrido desde ese día, donde Laura terminó borracha y feliz luego de haber bailado "Twist and shout" mirando a los ojos a Oscar y sabiendo que no podría estar más enamorada.

Otro más en el 2010 que empezó con una pelea por MSN (ay, las cosas de Laura, porque seguramente fue su culpa) pero que terminó con un regalo hermoso: una grabación de Oscar hablándole en forma de carta, con palabras hermosísimas.

Y uno último, en 2011, celebrado en un bar alucinante del centro de Lima, junto a los mejores amigos de Oscar. Ese fue lindo, fue perfecto. 3 años más viejos y más enamorados, ¿no? Celebraron tomando una cerveza en el piso de la pista de baile porque no había sitio.

Hoy, 1ro, sólo hay letras. Es de madrugada y Laura sólo quiere dormir. Oscar, en otro lado, seguramente. Los últimos 1ros fueron hermosos y especiales. Esos ya no están. Ni siquiera Laura y Oscar son los mismos.

El primer primero de Laura es hoy. No el más perfecto pero sí el más difícil. Los que vengan, tal vez serán menos duros, serán una sonrisa y no tantas lágrimas. O al revés. Días nuevos, los de antes ya no andan, ya no van, ya no están. Laura se siente frágil cuando piensa en Oscar y él, no se sabe, Laura no sabe lo que él siente.

Laura sabe que Oscar sabe quién es. Y ella, ella es ella. Sabe que está metida en un lío y que por ahora no sabe cómo salir. No hay peores experiencias de las cuales haya salido. Esta es la suya. Esta es la que tiene. Es primero y Laura quiere igual.





''Agárrate fuerte a mí, ... 
Agárrate fuerte a mí 
que tengo miedo 
y no tengo donde ir'' 





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