29 de noviembre de 2012

¡Hartas!

Nunca me gustó salir a la calle luciendo muy femenina. Me aterrorizaba la idea de que algún hombre me grite algo porque me daba vergüenza y además jamás me ha gustado que me miren y llamar la atención. Entonces poco a poco me fui acomodando a la idea de que si no quería ser atacada por algunos de estos ejemplares, debía salir con look para la misa. Poco a poco me adapté y hasta me terminó gustado. Cuando me acompaña a comprar ropa, mi mamá siempre me dice que me visto como abuelita, lo cual es cierto, hasta me gusta.

Fue por las cosas que me gritaban en la calle que decidí esconderme  y solo me faltaba un velo para caminar tranquila.  Hasta ahora me gusta vestirme así: modosita. Pero descubrí que siempre he querido usar ropa que un miedo absurdo me impedía. Descubrí que esas "cosa" que nos gritan a las chicas en la calle no son simples palabras o frases groseras, eso se llama ACOSO CALLEJERO. Así, con todas las letras. Y es algo  con lo que las mujeres tenemos que lidiar día a día y en cualquier momento.


En las combis, en la calle, en las fiestas, en todo lugar. Hay un chip que se tiene que hace pensar que una mujer tiene la culpa del acoso por vestirse de una manera u otra. Primer error: yo puedo vestirme como me de la gana, incluso salir en sostén a la calle y ningún hombre puede hacerme nada. No tiene por qué.
Es difícil erradicar el machismo y el acoso si se trata de conversar con gente que no tiene ningún respeto por nosotras y que se olvidan que nacieron de una mujer. Por eso hay que empezar con nosotras. Yo ya lo hice y es genial.

Estaba ya desesperada por las cosas me gritaban en la calle. Y sé que cualquier chica me dará la razón si digo que es una de las cosas más  horribles por las que se pasa. Pero un día vi la luz y decidí que, al primer ataque que reciba, iba a responder, que ya no iba a tener miedo. La primera vez siempre es difícil pero ES. Estaba saliendo del estudio de mi universidad y un chico me grita una grosería. Me paré en seco, me di la vuelta y me le enfrenté. Trate de hacer un escándalo para que se sienta avergonzado por toda la gente que empezó a mirar. Le pregunte que qué se había creído, le pedí que repita lo que dijo, le grité que era un irrespetuoso. Y me sentí tan libre, tan tranquila que desde esa vez, no he dejado de hacerlo.

Desde esa vez me sentí fuerte y con un escudo muy grande: mi propia fortaleza. Me he comprado tacos, shorts, polos cortos y ya no tengo miedo de vestirme como se me ocurra en las mañanas porque sé con certeza que el primero que me diga algo será mandado muy al diablo por mí.

Obviamente, hay que tomar precauciones y hacerlo siempre y cuando se esté en un lugar lleno de gente. Estas personas son gente cobarde. Pregúntenles su nombre, denuncien si hay alguna comisaria cerca o llamen a la policía. No hay que tener miedo, el cambio debe empezar por nosotras mismas, aunque suena a cliché. No hay que dejarnos. Quiero caminar y ponerme lo que se me cante porque soy una chica y todas las chicas, aunque digan que no, queremos sentirnos lindas, atractivas y vernos bien: lucirnos.

No es que sea la abanderada del feminismo ni nada que ver, pero con estos temas hace falta serlo en la justa medida. GIRL POWER a todas las chicas que lo necesiten, libérense y griten y defiéndanse porque las hará sentir bien. Yo lo hice y es lo máximo,  les dará una seguridad impresionante.


''Un fulano me gritaba: 
si fuera helado me la chupaba 
otro dijo: yo soy perro, 
pos tus huesos voy y entierro 

el muy bestia no respeta 
yo me volteé y le di en la jeta 
y es que soy cosita seria 

no tengo pelos en la lengua 
ya supere el qué dirán''




Otra canción: porque TODAS queremos caminar como Christina Aguilera y sentirnos hermosas! ''This is for my girls around the world''


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''Detrás está la gente''